12 nov 2012

Son tiempos ideológicos y si no leés, debatís y te preparás te vas a quedar siempre con el micrófono abierto sin saber qué responder. Al fondo, un artículo de Rotzincher que expone la anatomía del progresismo enamorado de pobres para los cuales no tiene soluciones prácticas y cómo todo es un andamiaje argumental coherente pero ineficaz. En Noticias de Fondo, seleccionamos material de contenido ideológico, sea gráfico o en videos y que aportan foco a los debates y los términos de los mismos. Es tiempo de leer, ver, discutir. No te escapes
Cómo sigue la guerra de Cris en artículo de Mariano Obarrio
La Presidente renunció. Nota de Noticias de Fondo
ARTÍCULO DE FONDO1
“…El truco delictivo perfecto es representar el bien extremo para poder hacer el mal a gusto, presentarse como hipermoral para ser inmoral en paz, pero deja de funcionar cuando la realidad económica hace agua…”
ARTÍCULO 2
Argentina es el país que más invierte en educación en América Latina, en término del porcentaje del PBI que destina al rubro, según datos del Banco Mundial. … También es el que más recursos destina por alumno: 1700 dólares al año. ¿Pero qué efectos tuvo es incremento de la inversión?... Argentina sigue siendo de los países con mayor acceso a la escuela secundaria de la región, pero la tendencia tiende a revertirse


Y la pregunta es porqué con un malhumor creciente y que ya 2 veces rodeó a la casa Rosada y la quinta de Olivos, el eje es la Ley de Medios. La respuesta es simple: lo que necesita el Gobierno es uniformar el relato. No necesita atacar a la inflación (condición sine qua non de su "modelo"); ni la inseguridad (no sabe qué hacer con ella y está atrapada en tanto discurso inútil). Menos aún va a acatar las sentencias de la Corte (lleva ya muchos años ignorándolas como para venir a practicarlas). No renunciará al adoctrinamiento de los niños ni a las cadenas oficiales porque es parte de lo primero: el relato, la fábula a escala masiva, a granel, 24 horas a lo largo y a lo ancho del país, mientras la Ley de Medios reduce (gracias al voto de Binner y Alfonsín) a escala municipal cualquier medio privado e independiente. La Presidente no quiere cambiar nada. Nada más que la realidad aunque sea una realidad virtual. Simple y complejo a la vez. Perverso. Inútil. Este artículo te anticipa por dónde continúa la guerra en la que se embarcó Cristina Fernández.
Tras el 8-N, reforzarán la presión por la ley de medios
Por Mariano Obarrio
Como primera respuesta concreta al masivo cacerolazo del jueves, el gobierno de Cristina Kirchner acelerará y profundizará esta semana su ofensiva para aplicar cuanto antes la ley de medios, con el fin de forzar la reducción del Grupo Clarín.
Después del 8-N, la gran batalla de Cristina Kirchner es el 7-D. A partir de ese día espera seleccionar y concursar, sin trabas judiciales, las licencias y señales en manos de Clarín que se excedan del cupo que fijan los artículos 45 y 161 de la ley.
Para que no queden dudas de que la protesta no cambió su agenda, el Gobierno apunta el miércoles a sancionar la ley de per saltum , con la que apurará a la Corte para que se defina sobre el caso Clarín. Y un día después difundirá la situación de 25 grupos de medios que incumplen la norma y dirá cómo se concursarán las licencias de los que superen el límite permitido.
Ese gran informe será presentado en una conferencia de prensa, a media mañana, por el presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Martín Sabbatella, según él mismo confirmó a LA NACION.
Así busca el Gobierno reducir al multimedios. Los artículos 45 y 161 quedaron en suspenso por una medida cautelar que benefició a Clarín al impugnarlos por inconstitucionales. Esa cautelar caduca el 7 de diciembre y está en el centro del conflicto….

LA PRESIDENTE RENUNCIO x NdF
El día después de la masiva protesta nacional, la Presidente presentó su renuncia a ser representante de los "más de 40 millones de argentinas y argentinos”. “Búsquense un representante”, dijo más o menos así. Corresponde que de ahora en más, su locutora oficial la presente como la “Presidente de más de 20 millones y menos de 25 millones de argentinos”.
¿Sabrá, sin embargo, que la protesta se verificó también en pueblos en los que ganó masivamente la última elección? Sin saberlo, la Presidente está renunciando a votantes propios. Cosas del orgullo. Y peor aún, se da el lujo de “gastar” a gente que reclama por cuestiones importantes, diciendo que la noticia relevante de la semana había sido la elección del Presidente chino o la elección yankee. Cinismo exacerbado, improcedente en una Presidente.
Pero debemos admitir que la Presidente está bajo acoso. Las cosas no le salen bien a pesar de que la industria automotriz ha repuntado de la mano de algo que el oficialismo preveía, como es la recuperación de la economía brasilera.
Pero la soja se ha convertido hoy y de la mano de unas lluvias que ya no tienen escurrimiento alguno por la crónica falta de obras de la Provincia de Buenos Aires principalmente y que, mientras gobiernen gobernadores “extranjeros” no alcanzarán a solucionar por falta de comprensión: son los canales. Millones de hectáreas anegadas podrían complicar aún más las escúalidas finanzas provinciales pero, esta vez, afectando al Tesoro Nacional y al Banco Central. Y justo en un año electoral. Lo triste para Scioli, es la que la soja la cobra la Nación mientras que la emergencia agropecuaria afecta a los impuestos provinciales. Qué se le va hacer: tantos años complaciendo a la Presidente lleva a estas paradojas.
Desde Noticias de Fondo le traemos buenas noticias a la Presidente renunciante de su representación de “los + de 40 millones de argentinas y argentinos”: los indicadores de actividad negativos durante 2012 podrían convertirse en positivos. Claro que el gobierno de Cristina Fernández no debería empeñarse más en embarrarse la cancha a sí mismo.
Ciertamente, la Presidente sacará de todo de la galera del 2013: reducción del impuesto a las ganancias para los trabajadores; aumentos de la asignación universal por hijo; aumento a los jubilados; creación de un ambiente de consumo (¿más todavía?) y creación de un ambiente nacional-socialista con estatizaciones diversas. ¿El impacto electoral? Veremos pero presume que puede lograrlo por ese camino. Ya lo hizo y funcionó.
Pero la Presidente en el corto plazo viene siendo víctima de sus propias decisiones. El caso de la Fragata Libertad está ingresando en el ridículo más absoluto de la mano de una tozudez que nadie puede confundir con firmeza. Dijimos en Noticias de Fondo que el fallo de la Cámara norteamericana no era malo para la Argentina: ordena reabrir el canje de bonos. Ni más ni menos que esto: tratar a los fondos reclamantes en igualdad de condiciones que a los bonistas del canje es pagarles como a los del canje. No está mal, salvo para Cristina quien siente que le están torciendo el brazo. Se había propuesto no pagar  nada y como su objetivo era fantasioso se queda sin poder presentar el fallo como un éxito. Y, en el medio, se coló la Fragata Libertad y la desafortunada frase: que se queden con la Fragata. Lo cierto es que tendremos que pagar. No nos hace felices como nos forrea la Presidente, pero habrá que pagar y roguemos que la Fragata sea, finalmente, rescatada por algún milagro ya que Cristina Fernández le soltó los cabos.
En lo económico, la Presidente está orgullosa de las medidas adoptadas por sus laderos. Sin embargo, esas medidas no solamente fogonean malestar social sino que también generan trabas a la dinámica económica. Por su parte, el perseverante jugueteo con la inflación desde tiempos de Néstor, le está mostrando los límites de esta herramienta utilizada al punto de que no está advirtiendo Cristina que del uso estaría pasando al abuso, al punto de estar siendo ya identificada por la población como la generadora de la inflación que devora los ingresos de los argentinos.
El gasto público ha demandado una extraordinaria emisión monetaria como así también el uso y abuso de los fondos de la Anses, todo lo cual genera dudas e incertidumbre sobre el manejo del Gobierno sobre las finanzas públicas. No se ve un capitán a bordo sino a una obstinada ideóloga dispuesta a chocar con todo y con todos. De hecho, la inversión –elemental para un modelo de incentivación del consumo popular, se ha resentido y los anuncios en estos días de alguna que otra empresa no logran revertir la impresión de que los empresarios prefieren no poner un mango más en estas condiciones.
Pero la Presidente, además de su creciente discurso virulento, agresivo, forreador, más de un macho en el ring que de una mujer en la Presidencia de la Nación, da muestras de tener el criterio y el olfato político afectados. Habló de firmeza pero da muestras de no conocer la diferencia con la obstinación. Y esto en un político puede ser grave para su futuro político.
Insistimos, todo esto es hoy ya que cuatro medidas en el 2013 podrían volver al redil al electorado y, al no identificar siquiera como algo instrumental a una oposición votable, podría volver a votarla.  En todo caso, incorporó nuevos votantes (los jóvenes de 16 años) para los cuales ya se está actuando a través de revistas y medios que llegan a ellos. Intentarán sustituir los que se vayan con los nuevos. ¿Qué temas incluirá la Presi en su agenda 2013? ¿Legalización de la marihuana? ¿Bajar a 16 años la edad para comprar cerveza? ¿Utilizará acciones positivas o negativas? La oposición, ¿sabrá qué hacer con estos nuevos votantes?
Dejemos esto en claro, ya que luego de la “guerra del campo” por la Resolución 125, el 54% de los votos indican que muchos de esos “guerreros” la votaron sorprendiendo a quienes los apoyaron desde las rutas y las ciudades. 
El hecho de que no hubiera una oposición relevante no es excusa y disentimos de quienes lo utilizan para justificar su magnífico triunfo. La gente podría haberla votado a Presidente y haber cortado boletas para diputados y senadores nacionales; para gobernadores y legislaturas. No ocurrió así, lo que para desazón de la oposición, los argentinos que votaron a la Presidente lo hicieron convencida de sus capacidades y políticas.
Dentro de la uniformidad de las ideas en nuestra política, la gente votó convencida por “ella”. Y “Ella” está obstinada en destrozar esto pero, seguramente, pensará con cierto fundamento que tres o cuatro medidas en el 2013 vuelve todo a su sitio correcto. Aspiramos que finalmente valores más la institucionalidad dañada y en peligro que el bolsillo. Nuestros antecedentes indican lo contrario….

ARTÍCULO DE FONDO 1
“Lucir hipermoral para ser inmoral en paz”
POR ALEJANDRO ROZITCHNER FILÓSOFO Y ESCRITOR
 Adivina adivinador: ¿cuál fue el gobierno popular que puso rejas a la Casa Rosada? ¡Sí, el gobierno K! ¿Cómo se explica? El pueblo dejó de ser una realidad para ser el personaje de un relato de ficción. Lo que hay es gente, y mucho miedo de la corporación política a que esa gente deje de comer vidrio. Se dijo desde siempre: los K temen la calle.
Enseñados por la experiencia del 2001, llegados a la presidencia tras ese parto traumático, supieron desde el principio que hoy en día una movilización multitudinaria, un desmadre callejero, podría resultar difícil de asimilar para un gobierno débil. ¿Débil el gobierno K? Exactamente, débil en su planteo de país, y en su visión del mundo. Débil siempre en su falta de grandeza, en su mezquindad emotiva, en sus mentiras permanentes y en su estilo desconfiado y maltratador.
Si hay una corporación que hoy acorrale la vida cívica no es la del demasiado alucinado “poder económico” ni la del multimedios sino la de una cofradía política que en vez de dar servicio a la población (y hacerle más fácil la vida) le da espejismos y nunca soluciones, mientras establece todo tipo de privilegios para sí.
El truco K fue perfecto, pero empieza a fallar.
Con tendencia autoritaria se pusieron a la cabeza del relato reivindicativo para disimular la corrupción y la ineficacia. El truco funciona porque se monta en el progresismo, que siempre fue un fenómeno discursivo y no una capacidad de tratar con los problemas de la realidad. El progresismo actúa diciendo, representando, simbolizando, pero no sabe cómo darle de comer a nadie, ni cómo alentar la producción, única respuesta adecuada a la pobreza de la que están enamorados. El progresismo adora a los pobres, pero no quiere ayudarlos a dejar de serlo.
Si decís las cosas correctas sos “bueno” y si sos “bueno” podés hacer desastres (amasar fortunas sin explicación, rodearte de delincuentes y hasta serlo, manipular las cifras para que la pobreza parezca menor, etc).
Podés hacer desastres porque sos “bueno” y seguís siéndolo aunque la embarres. Si un “bueno” roba, esconde corruptos, aprieta jueces, miente, hace negociados, está bien. Si un “malo” hace estas cosas, está mal. A no ser que se sume al grupo de los “buenos”, lo que hace que su historia se olvide inmediatamente.
El truco delictivo perfecto es representar el bien extremo para poder hacer el mal a gusto, presentarse como hipermoral para ser inmoral en paz, pero deja de funcionar cuando la realidad económica hace agua. No fue un amor por la ideología lo que logró el 54 %, fue la tendencia a no innovar para poder seguir disfrutando del tranquilizador y relativo flujo de dinero, estimulado por el trasfondo del temor a la disolución social que asomó en el 2001. Cuando la economía ya no puede mentirse, la ideología no sostiene nada, y empiezan a verse todos los defectos. Llega la hora del descrédito, esa en la que gobiernos que han gozado de apoyo conocen la caída de su imagen hasta un nivel que nadie hubiera creído posible.
El pueblo sólo existe en el relato, sólo puede ponerse en movimiento con micros alquilados y favores ofrecidos. Hoy los individuos, aun los individuos pobres, no sienten propia ni atractiva esa mímica social.
Quieren soluciones, quieren ser tomados en cuenta. La argumentación popular es con demasiada frecuencia un método para abusarse de los que menos tienen. Ya nadie quiere actuar de pueblo sin cachet.
El 8N hubo una emoción reconfortante, una visión de la unidad bien intencionada, abarcativa y humilde.
Hubo cuerpo común, algo mucho más valioso que el ya inexistente “pueblo”. No era la patria de la guerra o el nacionalismo, generalmente también “popular” y autoritaria, era la pertenencia sentida a una comunidad que quiere encaminarse.
Cuando 6,7,8 puso en escena su mix de soberbia y humildad chocó con una inesperada respuesta de alto nivel.
Creyendo que iban a tratar con dóciles y confusos ciudadanos, se encontraron con gente despierta que no tuvo problemas en defender su expresión callejera con inteligencia.
El 8N genera confianza. Tras este gobierno de involución, y saldadas algunas deudas simbólicas ligadas a traumas de la historia reciente, es posible que la Argentina logre lo que otros países vecinos van logrando: sensatez, humildad, trabajo, organización, ley, instituciones, cooperación.
Que demos el paso necesario , que superemos la viciada e ineficaz “política de lucha” para pasar a desarrollar una “política de desarrollo”.
¿La diferencia? En la primera se trata de tener el poder por el poder mismo, de ganar a costa de todo. Es una enfermedad que vive del conflicto y expresa un profundo desamor en sus arrogantes líderes. En la segunda se trata de generar resultados: disminuir la pobreza, incrementar la producción, elevar la educación, apoyar los proyectos de vida. Es la política como servicio, como modo de hacer cosas útiles para todos, como impulso creativo.
No más mundo simbólico, queremos realidades.
No más relato, queremos soluciones. No más mentiras. Eso dijimos muchos en la calle el jueves pasado.

ARTÍCULO DE FONDO 2. No por duplicar el presupuesto educativo, se educa mejor. Imprimilo y leelo con atención ya que es un caso típicamente argentino: el Gobierno K multiplicó la participación del presupuesto educativo en el presupuesto nacional, pero nada distinto se está haciendo con esa mayor cantidad de dinero
Argentina, el país con peores resultados educativos
en relación a lo que invierte
Por Darío Mizrahi
El dato se presentó en un seminario sobre la situación de la educación local en comparación con el resto de los países de la región, realizado en el Senado. Bajo puntaje en exámenes internacionales y alta desigualdad
Argentina es el país que más invierte en educación en América Latina, en término del porcentaje del PBI que destina al rubro, según datos del Banco Mundial. Mientras que en 2004 consignaba un porcentaje menor que México, Colombia y Brasil, en 2009 ya los superaba a esos tres y a Chile, el que invierte la menor proporción de su producto. También es el que más recursos destina por alumno: 1700 dólares al año.
¿Pero qué efectos tuvo es incremento de la inversión? Para evaluar el éxito de un sistema educativo se pueden considerar dos dimensiones: la calidad de la enseñanza, es decir, cuánto aprenden los alumnos, y el grado de igualdad en el acceso al saber.
Calidad educativa
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) realiza cada tres años el informe PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), que evalúa a los jóvenes de 15 años de los países miembros.
Las pruebas miden tres competencias, lectura, matemática y ciencias naturales, y los países reciben un puntaje por el rendimiento de sus alumnos en cada uno de esos rubros. Más allá de las críticas que recibe por su metodología cuantitativa y por estandarizar conocimientos de países con sociedades muy distintas, es una herramienta que permite tener cierta medida del éxito de las instituciones educativas para formar a los alumnos en muchos saberes relevantes para el mundo contemporáneo.
El informe de 2006 (ver imágenes relacionadas) no fue muy alentador para Argentina. En lectura fue superado por Colombia, Brasil, México y Chile, países que décadas atrás tenían un sistema de enseñanza mucho menos consolidado que el argentino.
En ciencias naturales, el rendimiento fue parejo con Colombia y con Brasil, y se ubicó por encima de ambos en matemática. Pero en las dos categorías quedó lejos de México y de Chile.
Las evaluaciones de 2009, aplicadas luego de que aumentara considerablemente la inversión en educación, fueron aún más preocupantes. Si bien Argentina obtuvo mejores resultados en las distintas pruebas, fue el que menos mejoró y, sumando los puntajes de los tres rubros, el que peor rendimiento tuvo entre estos cinco países.
El informe muestra que no hay un vínculo directo entre el dinero invertido y los resultados obtenidos. Argentina es el que ostenta la peor relación entre los fondos que gasta y los resultados en las pruebas. Por el contrario, Chile es quien mejor optimizó recursos: sacó los puntajes más altos y fue el de mayor crecimiento de un informe a otro, siendo el que menos recursos destina.
 “La plata tiene poco que ver”
 “La decisión política está. Eso se ve en la inversión y en el aumento de los cargos docentes. Pero hay que mejorar las capacidades de los docentes. Es posible que aprendan a enseñar mejor en base al conocimiento científico acumulado”, dice a Infobae Irene Kit, presidente de la Asociación Civil Educación Para Todos y disertante en el seminario del pasado lunes 5 de noviembre.
“La plata tiene poco que ver. La política local no le lleva el apunte a la educación y los gobernadores provinciales resuelven sus problemas enviando a sus hijos a las escuelas privadas”, cuenta el economista Alieto Guadagni, miembro de la Academia Nacional de Educación y también expositor en el seminario, en diálogo con Infobae.
Más allá de que no están de acuerdo sobre si hay o no voluntad política para mejorar la educación, ambos destacan que, más allá del aumento en la inversión, no se modificó la manera en la que se enseña en las escuelas, a pesar de que los resultados no son buenos.
“El modelo de la educación secundaria tiene tres problemas. Una génesis excluyente, sólo interesada en formar elites; una inercia conservadora, reticente a todo cambio; y el rechazo de la academia a producir conocimiento sobre la formación didáctica en las escuelas”, explica Kit.
“Hay que enseñar de otra manera, a partir del conocimiento científico disponible sobre cómo aprenden los adolescentes. Y es necesario trabajar para que los grupos no sean un amontonamiento, sino una comunidad en la que todos se ayuden a aprender y a mejorar”, agrega.
Guadagni contrapone lo que pasa en Argentina con el ejemplo de otros países de la región, que están implementando muchos programas y estrategias tendientes a mejorar la calidad. “En Cuba el año escolar está compuesto por 200 días a un ritmo de cinco horas por día. Son mil horas en total. En Argentina son 180 días de cuatro horas cada uno. Es decir, 720 horas, que ni siquiera se cumplen. Por eso los cubanos están primeros en todas las pruebas internacionales de América Latina al nivel de la escuela primaria. Pero no es que sean unos genios, sino que el Gobierno se preocupa”.
Otro ejemplo muy citado es el de Brasil, históricamente caracterizado por sus altos índices de analfabetismo, que aún lo ubican debajo de la educación argentina en muchos rubros. Aunque esta situación tiende a revertirse.
“Los brasileños se gradúan de las universidades más que los argentinos -dice Guadagni- a pesar de que el ingreso es más fácil acá, porque es sin examen. Allá se gradúa el 55 por ciento de los que ingresan, contra el 26 por ciento de Argentina”.
“Brasil creó hace unos años un indicador muy sencillo, pero potente, que me hace morir de envidia. El Ideb (Índice de Desenvolvimiento de la Educación Básica) es un índice construido a partir de un sistema de evaluaciones censales que se toman cada dos años. Los alumnos obtienen un puntaje por cómo resuelven las pruebas, pero luego, ese resultado se pone en relación con el porcentaje de alumnos que aprobaron en todo el curso. Entonces, si uno se saca un 6 en la evaluación, pero aprueba el 100 por ciento de los estudiantes, el puntaje final puede ser un 8; pero si sólo promociona el 50 por ciento, baja a 4”, cuenta Kit.
“Es una medida de calidad y de equidad en forma simultánea. Además se crearon metas Ideb a alcanzar por los distintos estados y ciudades, con el objetivo de subir el nivel y disminuir la desigualdad. Brasil apuesta al compromiso de los municipios, que son los que tienen que esforzarse por mejorar el nivel de sus escuelas”, agrega.
La desigualdad
Otra manera de estimar el grado éxito que tuvo el incremento presupuestario en Argentina es ver cuánto ayudó a disminuir la desigualdad en el acceso a la educación. Una forma de medir esto es ver cuántos años estudian los más pobres y cuántos los más ricos.
En este punto, los datos tampoco son alentadores. Como se ve en el cuadro, el primer quintil de ingresos, es decir, el 20 por ciento que menos gana, se mantiene estable entre 2004 y 2010. A pesar del fuerte incremento en la inversión, que pasa de menos del 4 por ciento del PBI a un poco más del 6, el promedio de años estudiados se mantiene estable: de 9,7 que era en 2004, pasa a 10 en 2010, con leves oscilaciones en el medio (para jóvenes entre 21 y 30 años, según datos del Banco Mundial).
Pero la desigualdad se nota viendo el otro cuadro, ya que el promedio del último quintil de ingresos -el 20 por ciento que más gana-, supera los 14 años de estudio. Además, la media de los primeros tres quintiles -el 60 por ciento de la población- no llega a cumplir los 12 años que marca la finalización de la escuela secundaria. Según el censo nacional de población realizado por el Indec en 2010, sólo el 30 por ciento de los jóvenes de 20 a 24 años terminaron el secundario.
Es verdad que, a pesar de estos datos, Argentina sigue siendo de los países con mayor acceso a la escuela secundaria de la región, pero la tendencia tiende a revertirse. Por ejemplo, a pesar de todas las discusiones que hay sobre el carácter inequitativo de la educación en Chile, en 2009, el 20 por ciento más pobre de entre 21 y 30 años promediaba 11,1 años de estudio, es decir, un año más que la misma franja de ingresos en Argentina. Y a partir del tercer quintil de ingresos, la media de la población ya tenía el secundario completo, mientras que en Argentina a eso sólo llegaban los últimos dos quintiles.
“El problema de Chile está centrado en la universidad, porque es muy cara. Pero en 25 años resolvieron graves problemas de desigualdad en la primaria y en la secundaria. Las universidades son muy caras, pero si surge el conflicto por la dificultad en el acceso es por el éxito del sistema secundario, que posibilitó que más gente pobre llegara a terminarlo y a buscar el ingreso a la universidad. En Argentina, como hay menos pobres que terminan la secundaria, y encima el ingreso es gratuito, no se presenta como un problema. Pero los niveles de acceso en el primer quintil de ingresos son igualmente inequitativos”.
Un factor que explica parte importante de la desigualdad es la brecha cada vez mayor entre el nivel de las escuelas privadas y el de las públicas. Mientras las primeras tienen doble escolaridad, y así le garantizan más horas de formación a los alumnos, muy pocas estatales ofrecen lo mismo.
“La ley de financiamiento tenía dos artículos: en 2010 debía invertirse un 6 por ciento del PBI en educación y el 30 por ciento de los chicos debía tener jornada extendida. Hoy sólo el 6 por ciento de los alumnos de colegios públicos tiene ese régimen. Tendrían que ser 1.050.00 chicos en jornada doble, pero no llegan a 200 mil”, afirma Guadagni.
“En Chile -agrega- prácticamente todos los chicos asisten en jornada extendida, y tienen 7 horas de clase por día. Que no ocurra lo mismo en Argentina se debe a una total falta de compromiso político”.